Para ser exacta, he soñado este mismo sueño unas cuatro veces. Comenzó en una casa de material noble, cuyas paredes estaban pintadas de color mostaza. La sala tenía un piso de cerámica blanco, y mi cuarto era completamente blanco. En la casa estaban mi mamá, Aidé, Betty, Liz y yo. Llegué y vi que la patriarca estaba buscando unos papeles, aunque no sé cuáles. Mi mamá estaba furiosa conmigo, y yo le respondí también alterada. Ustedes me decían: «¿Por qué le hablas así? ¡Respétala!». Al mismo tiempo, escuchaba un sonido como un zumbido y una voz que me decía: «Abre la puerta».
Betty me preguntó: «¿Oye, qué tienes?», y yo le respondí que mi mamá quería que le diera dinero, pero no tenía. Hablé de un préstamo y dije que no tenía dinero ni para eso. Llegó la noche nuevamente y la patriarca me reprendió, diciéndome que era inaceptable que llegara en ese estado y cuestionando la clase de hijas que tiene. Volteé a ver a mi nena y le dije: «Vamos, nena, aquí el ambiente está aburrido». Mi mamá dijo: «Hacen lo que les da la gana, no respetan ni a sus maridos». De repente, me dio una bofetada. Sentí un coraje tan fuerte que reaccioné para devolverle el golpe, pero me desmayé y mis pies se metieron debajo de la cama, mientras la mitad de mi cuerpo quedaba fuera.
Entonces ustedes decían: «Levántate, ¿qué tienes? ¡Reacciona!». En ese momento, apareció mi marido y dijo: «Miren los pies de Janet». Mis pies se estaban elevando y las sandalias rosadas que llevaba empezaron a moverse como si alguien las estuviera usando. Me vi a mí misma en la cama, durmiendo, y en el sueño dije: «Esto no es real, estoy soñando». Sentía que me elevaba y las sandalias me llevaban, jalándome.
Al lado de mi cama había una puerta que se abrió sola, dejando salir una luz. Una voz me decía: «Abre la puerta», pero solo yo podía escucharla. Ustedes estaban ocupadas sosteniéndome, intentando que las sandalias no me llevaran. De repente, mi hija ya no estaba y yo quería levantarme, pero no podía. Sin embargo, me veía desde fuera, moviéndome en la cama como si estuviera atrapada en un disco rayado.
Tus sueños parecen estar llenos de simbolismo y emociones intensas que reflejan conflictos internos y externos. La casa de material noble con paredes mostaza y tu familia presente indican un entorno familiar significativo. La discusión con tu mamá y la necesidad de defenderte resaltan una lucha por respeto y comprensión. La bofetada y tu desmayo pueden simbolizar sentimientos de impotencia y la lucha por mantener tu posición en medio del conflicto. La presencia de la patriarca y su cuestionamiento sobre la conducta de las hijas también añade una capa de juicio y expectativas familiares que te afectan profundamente.
La parte más surrealista del sueño, con tus pies elevándose y las sandalias rosadas jalándote, junto con la puerta que se abre y la luz que emana, sugiere una lucha interna entre el control y la liberación. La voz que te dice «abre la puerta» podría simbolizar una llamada a enfrentar y liberar ciertos aspectos reprimidos de tu vida. La visión de ti misma en la cama, moviéndote como un disco rayado, refleja una sensación de estar atrapado/a en un ciclo repetitivo y la necesidad de romperlo. Reflexionar sobre este sueño puede ayudarte a identificar y confrontar las fuentes de conflicto y presión en tu vida, permitiéndote buscar soluciones y formas de liberación emocional y mental.