Psicología infantil: Crianza saludable y desarrollo emocional
El desarrollo emocional en la vida adulta guarda una estrecha relación con la forma en que fuimos criados en la infancia. Aquellos que experimentaron una crianza saludable tienen mayores posibilidades de alcanzar un desarrollo emocional satisfactorio en la vida adulta.
No obstante, como padre o madre, es normal cuestionar y reflexionar sobre tu propio enfoque de crianza. ¿Cómo puedes criar a tus hijos de manera que fomente un desarrollo emocional sólido?
Si te encuentras enfrentando estas interrogantes con frecuencia, estamos aquí para ayudarte a comprender cómo criar hijos que disfruten de una salud emocional sólida.
¿En qué consiste la crianza saludable?
La crianza saludable es un enfoque que implica que padres e hijos aborden los desafíos que surgen en la crianza de manera respetuosa, evitando el uso de castigos, abuso, negligencia o cualquier forma de violencia, y en su lugar, promoviendo una comunicación asertiva.
Cuando se adopta esta forma de crianza, los niños perciben su hogar como un entorno propicio para el aprendizaje, donde pueden sentirse seguros y expresar sus emociones sin temor alguno.
Principales tipos de estilos de crianza
A pesar de la diversidad de estilos de crianza que existen en la actualidad, en 1959, Schaeffer identificó cuatro tipos principales que aún mantienen su relevancia en la crianza contemporánea.
1. Autoritario
Los padres que optan por un enfoque de crianza autoritario se caracterizan por su rigidez y un control excesivo. En este estilo de crianza, la disciplina se fundamenta en el uso frecuente de castigos, en ocasiones llegando incluso a manifestarse en formas físicas de corrección.
Estos padres tienden a mostrar una carencia de afecto, cariño y empatía hacia sus hijos, lo que lleva a que los niños perciban que solo existe una manera de realizar las cosas, bajo amenaza de castigo. Además, suelen exhibir comportamientos intolerantes, agresivos e impulsivos.
2. Permisivo
Los padres con un enfoque permisivo tienden a ceder fácilmente a las peticiones y caprichos de sus hijos, sin exigirles un comportamiento apropiado ni asignarles responsabilidades.
Frecuentemente, para evitar confrontaciones o rabietas, estos padres satisfacen de inmediato los deseos de sus hijos, ya sea comprándoles un juguete o concediéndoles un dulce que están demandando con insistencia. Los niños criados en este entorno no desarrollan la capacidad de controlar sus impulsos, carecen de una noción de responsabilidad y no comprenden los límites, lo que puede dificultarles enfrentar desafíos en la vida adulta.
3. Negligente
Los padres negligentes, en esencia, se desentienden de la educación y cuidado de sus hijos, relegando sus responsabilidades parentales a un segundo plano. Para estos padres, prácticamente cualquier otra cosa parece tener prioridad sobre sus hijos.
Los niños que se desarrollan bajo la influencia de este tipo de crianza suelen ser emocionalmente más vulnerables y frágiles, experimentando una disminución en su autoestima y careciendo de una base sólida en cuanto a valores.
4. Democrático
El estilo de crianza democrático se considera la opción más adecuada para fomentar un desarrollo emocional equilibrado en los niños. Los padres que adoptan este enfoque establecen límites claros y asignan responsabilidades, al mismo tiempo que expresan afecto, empatía y cariño hacia sus hijos.
Estos padres también prestan atención a los sentimientos de sus hijos y les brindan apoyo en la gestión de sus emociones. Como resultado, los niños criados en un ambiente democrático suelen crecer con una salud mental sólida, la capacidad de enfrentar desafíos y responsabilidades, y la autonomía necesaria para desenvolverse de manera independiente.
Conductas que afectan el desarrollo emocional de los niños
Es frecuente cometer errores en la crianza de un niño, ya que algunos padres pueden adoptar ciertos comportamientos o generar situaciones que afectan el desarrollo emocional de sus hijos sin percatarse de ello. Entre los errores más comunes, se incluyen:
No tomar en cuenta las emociones del niño
Los niños suelen expresar sus emociones de manera espontánea, y esta es su forma de comunicar cómo se sienten. Como padres, es fundamental que prestemos atención a estas emociones, ya que ignorarlas puede llevar al niño a creer que sus sentimientos no son importantes, lo que a su vez puede afectar negativamente su autoestima.
Los niños que crecen en un entorno donde sus emociones no son reconocidas son más propensos a experimentar bloqueos emocionales en la edad adulta, y la supresión de emociones puede causar daño.
Por tanto, es de vital importancia que fomentemos un ambiente en el que todas las emociones sean válidas, permitiéndoles a los niños sentir, experimentar y gestionar adecuadamente sus emociones.
Crear un entorno de estrés
Un niño que vive en un hogar donde el estrés es continuo, crecerá emocionalmente inestable, porque se sentirá indefenso e inseguro continuamente.
El estrés de los padres puede ser un detonante de problemas de ansiedad en los niños, y si dicha ansiedad no se gestiona durante la infancia, tendrá graves repercusiones mentales durante la adolescencia y posteriormente en la vida de adulto.
Exigencias de perfección
Ningún ser humano es perfecto; sin embargo, es común que muchos padres tengan expectativas poco realistas de perfección para sus hijos, esperando más de lo que estos pueden ofrecer.
Una crianza saludable requiere un cierto grado de flexibilidad. Los niños deben tener la libertad de cometer errores, y es fundamental inculcarles el valor del esfuerzo, entendiendo que lo importante no siempre es el resultado, sino el intento.
Los niños criados en hogares donde se exige constantemente la perfección y resultados sobresalientes corren un mayor riesgo de desarrollar trastornos como la ansiedad, el estrés e incluso la depresión.
¿Cómo desarrollar una crianza emocionalmente sana?
Así como existen conductas que debemos eliminar en el proceso de crianza, hay otras que debemos fortalecer, las cuales son fundamentales para promover una crianza emocionalmente saludable.
Primero y ante todo, debemos comprender que la comunicación desempeña un papel fundamental en este proceso y debe ser fomentada en el hogar. Los niños deben sentir la confianza de expresar sus sentimientos y emociones sin temor.
Además, es esencial enseñar a los niños a regular sus emociones, ya sea mediante la práctica de ejercicio físico, la meditación o la respiración profunda. También es importante brindarles herramientas para identificar y expresar sus emociones de manera adecuada.
Promover la empatía y la compasión es clave para que los niños aprendan a ponerse en el lugar de los demás y desarrollen una mayor comprensión emocional.
Por último, enseñar a los niños a resolver dificultades y problemas de forma constructiva es fundamental. Esto se logra a través del respeto mutuo y la promoción de una comunicación asertiva en el seno familiar.
Importancia del desarrollo emocional de los niños
Un adecuado desarrollo emocional conlleva beneficios significativos a largo plazo, comenzando por una mayor adaptación de los niños al entorno escolar. Además, aquellos que experimentan un desarrollo emocional saludable en la infancia tienen una base sólida que les permite prosperar de manera más eficaz en diversos entornos laborales en su vida adulta.
La salud mental y la estabilidad emocional de un niño están directamente relacionadas con el tipo de crianza que reciben. Es por esto que la elección de una crianza democrática, que involucra el crecimiento conjunto de padres e hijos mientras se educa a un niño emocionalmente equilibrado, se convierte en una decisión de gran importancia para el bienestar de la familia y el éxito futuro de los niños.
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